Un tercio de los alumnos de ESO nunca lee en su tiempo de ocio


Puede parecer exagerado, pero lo que está claro es que la lectura no es una de las preferencias de los adolescentes españoles. ¿El blog puede ayudar a mejorar esta situación?

Artículo publicado en La Opinión de Málaga el 17 de agosto de 2008.

Es la penúltima opción de los jóvenes malagueños en sus ratos libres. La escuela enseña a leer para transmitir conocimientos, por eso los escolares asocian este hábito a la obligatoriedad, y genera rechazo. La Junta inició el curso pasado un plan de fomento de la lectura y bibliotecas

IGNACIO A. CASTILLO. MÁLAGA Después de que el último informe PISA, cuyos resultados se publicaron en el otoño del pasado año, evidenciara el bajo nivel de los alumnos españoles, en general, y andaluces en particular, en cuanto a comprensión lectora se refiere, se encendieron las luces de alarma, aunque no pocas autoridades educativas trataron de restar importancia a estos datos. El problema radica en que un tercio de los alumno de la ESO reconoce que jamás coge un libro en su tiempo de ocio, cuando el hábito de lectura debería ser, y más a estas edades, precisamente eso, un hábito.
Los escolares andaluces no comprenden lo que leen, con una tasa que se sitúa 24 puntos por debajo del promedio de los países desarrollados. Y es algo fundamental, ya que los problemas de lectura inciden en los aprendizajes de todas las materias. Es decir, la buena competencia lectora mejora los resultados en el resto de asignaturas. Pero, según un reciente informe del Centro de Investigación y Documentación Educativa (CIDE), entre diez actividades realizadas en los ratos libres, la lectura ocupa la penúltima posición en las preferencias de los jóvenes malagueños, sólo por delante de «no hacer nada».
¿Qué prefieres hacer en tu tiempo de ocio? La mayoría de los jóvenes encuestados eligen salir con los amigos; luego, escuchar música; navegar por Internet y chatear; jugar al ordenador o la videoconsola; ir a la discoteca; practicar deporte; ver la tele; ir al cine… De hecho, uno de cada cuatro escolares no lee nunca un libro y sólo el 36% es lector frecuente, según destaca el mismo estudio (el 37% se reconoce lector ocasional).
Cuentos, desde pequeños. ¿Por qué los escolares no leen? El niño toma contacto con los libros y los cuentos desde pequeño. Está ansioso por aprender a leer para poder descodificar él mismo las historias que sus familiares le han contado o leído. Hasta el ingreso a la escuela, el niño persigue a los integrantes de la familia para que le lean o le cuenten historias. A los seis años, cuando está en Primaria, ya está aprendiendo. La lectura en esta etapa no resulta placentera para el niño. Es más, le cuesta, se equivoca y no alcanza a comprender lo que lee.
Por eso, la familia debe continuar acompañando al niño con la lectura compartida de los temas que le interesan , con la narración de cuentos y con el fomento de la expresión oral. Este será el mejor incentivo para perfeccionar la lectura.
La escuela es la encargada de enseñar a leer con el objetivo de emplearla en el aprendizaje. Por lo tanto, el niño relaciona la lectura escolar con la obligatoriedad. Es muy difícil que así se logre la adquisición del hábito, señalan los expertos, ya que genera rechazo.
Los libros abren puertas, ya que son una fuente de conocimiento. Por ello, la Consejería de Educación puso en marcha el curso pasado un Plan de Lectura y Biblioteca, dirigido a los centros docentes andaluces, con el propósito de impulsar una serie de medidas que faciliten a los escolares el desarrollo de prácticas lectoras y habilidades intelectuales e incorporen el uso regular de la biblioteca escolar como recurso de apoyo para el aprendizaje permanente.

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