Hay una revolución educativa, que no está pasando en la escuela o en el aula, y eso resulta un espanto o casi una herejía pedagógica para los que nos hacemos llamar profesores.
Hay una revolución educativa, que no está pasando en la escuela o en el aula, y eso resulta un espanto o casi una herejía pedagógica para los que nos hacemos llamar profesores.